lunes, 26 de marzo de 2012

CON EL RABO ENTRE LAS PIERNAS

Sin ser aficionado a los toros, el resultado de las elecciones andaluzas me ha traido a la memoria ese refrán taurino que dice que "hasta el rabo todo es toro". Antes del domingo, el peperío andaba baberando (y no lo digo con segundas) pensando que, por fin, Arenas iba a ver cumplido su sueño de ser presidente de la Junta de Andalucía, un cargo que lleva persiguiendo muchos años.  Lo veía tan claro que cada día se nos asomaba a las televisiones con esa media sonrisa tan suya en la que se podía entrever su convencimiento de que "esta vez sí". Lo malo, para él, es que  los andaluces no se han dejado engañar por las promesas de solución a todos los problemas que muchos le compraron en noviembre a su partido que, como se ha visto después, eran falsas. 

No voy a negar que Arenas me cae mal y que me alegró verle en un balcón, rodeado de amigos, diciéndonos que el suyo había sido un triunfo histórico. Más aún me gustó ver a sus seguidores que, desde la calle, le dedicaban unos aplausos que estaban muy lejos de esa expresión de euforia que irradiaban aquellos otros de la sede central del PP el pasado noviembre. Y verle a él salir de allí con el rabo entre las piernas, dicho sea con todo el respeto que me merece.

De todos modos, las elecciones de este domingo, en Andalucía y Asturias, han demostrado que, por un lado, cada vez hay más gente que reniega de los partidos políticos y, por otro, que esta vez no han colado las promesas de una vida mejor que nos viene vendiendo el PP estos últimos años, presentandose como la solución a nuestros problemas. Y si no lo han hecho es porque con sus acciones han dejado muy claro, en poco tiempo, para quienes gobiernan. Y no es precisamente para la mayoría, sino para quienes se enriquecen con la especulación.

Ahora solo falta que los intereses o los odios no dejen que los "podadores de derechos" gobiernen en esas dos Comunidades y, lo más importante, que quienes se dicen de izquierdas lo demuestren con hechos. Es decir, con programas que respondan a esa declarada ideología. En caso contrario, la lección de los ciudadanos andaluces y asturianos no habrá servido para nada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario