martes, 12 de octubre de 2010

CREDUCLIDAD SOLECTIVA

Cada día estoy más convencido de que, en este país, las creencias y la crecibilidad las ponemos siempre a favor de nuestros propios intereses. Y no lo entiendo. Por ejemplo, nunca estaré de acuerdo con aquellos que dicen "yo creo en dios, pero no creo en la iglesia", o aquellos otros que se agarran a algunos aspectos de la religión, pero dejan de lado aquellos otros que nos cuesta cumplir. Por supuesto, de lo que se trata en estos casos es de aprovechar lo que nos puede aportar un beneficio (espritual en este caso) obviando cualquier sacrificio. Debo decir que, desde mi condición de no creyente, no estoy de acuerdo con este proceder, porque me parece cínico.
En cuanto a la credibilidad que le concedemos a cualquier noticia sucede lo mismo. Y no me refiero solo a los políticos, que siempre arriman el ascua a su sardina, sino a los ciudadanos en general que, en este país, parece que ponemos la venda de la ideología para no ver la realidad objetiva; que también existe aunque no lo creamos. Un ejemplo de lo que digo:
Estos últimos días, y no es la primera vez, todos los Medios han informado que los últimos etarras detenidos declararon ante el juez que habían sido entrenados en Venezuela. Y puede que sea verdad. Lo que no me parece serio es colegir de esa declaración que Chaves tenga que ver con ese entrenamiento al ser el presunto entrenador funcionario del gobierno de Venezuela. Porque, por esa misma regla de tres, si varios altos cargos del gobierno de Esperanza Aguirre son presuntos corruptos, debemos deducir que la presidenta de la CAM también lo es, aunque a nadie se le ocurre afirmar tal cosa; con razón.
Pero volviendo a la credibilidad que algunos le han dado a esta noticia, y no es la primera vez, me parece cínico que, en este caso, se crea a piés juntillas a unos presuntos terroristas cuando, en otras ocasiones, estos mis digan con razón que no debemos creer a los terroristas. ¿Cual es la diferencia?. Sencillamente que a quienes dan por buena la declaración de estos individuos les interesa hacerlo. "Por el interés te quiero, Andrés", que decían en mi pueblo. Aunque no es serio.