jueves, 22 de marzo de 2012

AHOGADILLA EN CUELLO AJENO


Un viejo chiste español dice que el secretario de un ayuntamiento denunció ante el alcalde que un vecino le había pegado. Para reforzar la gravedad de la agresión el funcionario le dijo que, como él formaba parte del ayuntamiento, era como si la bofetada se la hubieran dado al alcalde, a lo que este respondió: “ahí me las den todas”. El chiste, malo desde luego, se me vino a la cabeza al ver la imagen del presidente del “Eurogrupo” dándole un pescozón, o ahogadilla, al ministro español de economía, Luis de Guindos.

 Por supuesto, se trataba de una broma entre colegas, como demostraron las risas y los abrazos posteriores. Una broma que, personalmente, me parece la imagen más representativa de lo que nuestros socios europeos nos están haciendo a los españoles; a los ciudadanos de a pie se entiende. Por tanto, al ver cómo el eurócrata luxemburgués rodeaba el cuello del ministro español con sus manos, me acordé del chiste aunque, en este caso, la ahogadilla nos la estaba dando a nosotros con el cuello de Guindos como escenario. Y no precisamente porque me sintiera representado por él.

Lo que no tengo muy claro es que las risas posteriores al ficticio ahogamiento fueran la consecuencia de que el ministro español le contara a su “amigote” comunitario el viejo chiste español, inclinándome a pensar que era un aviso de lo que nos espera. Y no al ministro precisamente. Es decir, que el ahogamiento al que nos están sometiendo irá a más una vez pasen las elecciones de este domingo. Y ellos, de Guindos, Jancker y la gente como ellos, viviendo tan ricamente.

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