lunes, 23 de mayo de 2011

LA DERECHA, CRECIDA

Lo que pasa en este país no tiene nombre, aunque se le podrían poner apellidos. La derecha huye de este calificativo, mientras algunos que hacen políticas de derechas se dicen de izquierdas. Otros, directamente no se definen. Los primeros y los últimos se deben estr frotando las manos por los excelentes resultados electorales conseguidos el domingo, en tanto los del medio se preguntarán qué han hecho mal para merecer un castigo tan duro. Personalmente se me ocurren varias cosas: Encastillarse en sus cargos institucionales sin escuchar a la calle, hacer unas políticas contrarias a lo que dicen ser y, no menos importante, no haber tenido una política informativa para explicar lo que hacen y por qué. Puede, incluso, que no lo hagan porque le da verguenza explicarlo.


Hace mucho tiempo que no entiendo a los políticos, porque no me interesa demasiado. Menos aún entiendo al pueblo español. Es lógico que quienes tienen unas ideas concretas voten por aquellos que las representan. Lo que no me lo parece tanto es que muchos otros lo hagan atendiendo a los mensajes que les llegan a través de la televisión, sin detenerse a pensar sus propias conclusiones respecto a la realidad. Durante estos últimos años, los mensajes publicados echan todas las culpas de la actual crisis al presidente del gobierno y su partido, sin reparar en que esta crisis es mundial, y ha sido causada por las políticas especulativas de una derecha que se empeñó en hacer más ricos a los ricos a cualquier precio.


Pensando en lo sucedido el domingo se me ocurre qué hubiéramos hecho en el caso de ser los dueños de un restaurante en el que el cocinero le echara veneno a la comida que el camarero, sabiéndolo, sirviera a los clientes. Lo normal sería despedirlos a los dos. Pues bien, supongamos que el veneno es la crisis económica, que ha cocinado el PP con sus políticas centradas en el ladrillo y el PSOE nos ha servido. ¿Y qué hemos hecho?: muy sencillo, despedir sin más al camarero y regalarle el restaurante al cocinero para que no siga envenenando. Muy inteligentes hemos sido, como siempre.


A la vista de los resultados, que por supuesto no pongo en duda, de dirigir la campaña de algún partido le aconsejaría a los candidatos que prevaricaran, cobraran comisiones a saco y construyeran en todos los espacios protegidos algo que, a la vista de los datos, suele dar muchos votos. Para suerte o desgracia mía, no tengo partido al que apoyar, pero cada vez estoy más convencido de que otra democracia es posible. Y más necesaria que nunca. Mientras tanto, que cada uno vote a quien le de la gana. Faltaría más.

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