domingo, 23 de octubre de 2011

LA BUENA-"MALA" NOTICIA DEL FIN DE ETA

Excepto que se viva en otro planeta - o cegado por la ideología y el utilitarismo político -, la decisión de ETA de abandonar la violencia es una buena noticia. Personalmente, el comunicado de la banda no me resulta tranquilizador del todo, pero sí un primer paso. Muy importante además. Por eso no me planteo el anuncio como una trampa o el resultado de una oscura negociación con el Gobierno, como sostienen algunos personajes y Medios de Comunicación, que parecen contrariados por el anunciado final de los atentados. Debe ser que a unos y otros se les acaba un mercado, el del miedo, que les ha ido tan bien. En las palabras de estos apóstoles del desastre encuentro algunas contradiciones, por supuesto nada inocentes.

Algunos dirigentes del PP y sus palmeros mediáticos dicen no creer a los terroristas. Tampoco yo los creo. La diferencia es que siempre he puesto en duda sus comunicados, mientras algunos de los que ahora dudan, algunos miembros del PP por ejemplo, los han considerado dogmas de fé cuando les ha interesado como apoyatura de sus teorías conspiranoides, y demostrativas de que el Ejecutivo estaba negociando con la banda o les había hecho determinados favores. Se les ve muy tristes, y hasta preocupados, por este final, que hubieran querido atribuir a un gobierno del PP, aunque se hubiera producido horas después de llegar a La Moncloa.

De cuanto estoy escuchando, me llama poderosamente la atención el cinismo que demuestran al decir que solo se creerán que ha llegado el final de ETA cuando pidan perdón a sus víctimas, entreguen las armas y se presenten ante un juzgado. Dejando por delante mi respeto a todas las víctimas inocentes de estos cincuenta años de terrorismo, tengo que poner en duda la sinceridad de estos que ahora se presentan como sus defensores únicos, teniendo en cuenta su actitud hacia otras víctimas igualmente inocentes.

Y no les creo porque los mismos que vienen reclamando al mundo abertzale que condene el terrorismo para ser legalizado, y a los miembros de la banda que pidan perdón, sistemáticamente se han negado a condenar un regimen franquista que practicó el terrorismo de estado, y se niega, no solo a pedir perdón a las víctimas, sino a permitir a sus familias que recuperen los cadáveres de sus seres queridos. Por tanto, no puedo entender que les ofenda tanto que se le rinda homenaje a los terroristas, cuando allí donde gobiernan éllos sigan manteniendo los nombres de Franco y sus secuaces en las calles de muchos pueblos de España.

Termino reiterando que la noticia del fin del terrorismo me parece estupenda, un comienzo. Ahora cabe esperar que el camino definitivo hacia la paz no lo estropeen quienes creen más en la venganza que en la solución de una lacra que ha durado demasiado tiempo.

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