martes, 25 de octubre de 2011

DE IDIOTAS Y OTRAS LINDEZAS

El vocero-bocazas jefe del PP, González Pons, no cree que ningún español tan idiota que quiera la continuidad del PSOE lo que, en leguaje pijo, viene a ser lo mismo que hace un tiempo aseguró el entonces alcalde de Getafe, Pedro Castro, respecto a quienes votaban al PP. Seguramente, con la que está cayendo en estos tiempos, hay que ser idiota para votar al PSOE, y un "tonto de los cojones" - Castro dixit - para sumarse al cambio que nos propone el "peperío". Es verdad que el actual gobierno no ha sabido gestionar la crisis que, dicho sea de paso, nos han traído las políticas de Bush y Aznar que, todo hay que decirlo, continuó sin matices Zapatero en sus primeros años de gobierno. También lo es que, de haberle tocado gestionar el actual desastre al PP, las personas con menos recursos lo estarían pasando peor, pues se les habría privado de servicios esenciales y unas ayudas que los arcángeles del cambio consideran gastos superfluos.

Si nos ponemos a pensar, y estamos atentos a lo que vemos, nos daemos cuenta de lo que la derecha está haciendo en Portugal, o en las Comunidades en las que gobiernan, donde la única receta para salir de la crisis consiste en recortar la educación, la sanidad y las ayudas a la dependencia. No quiere decir esto que el PSOE no haya hecho recortes, porque no sería cierto, ni que ZP no haya puesto en práctica las recetas dictadas desde las Instituciones europeas, gobernadas también por la derecha. La diferencia es que, mientras estos han tomado unas medidas en las que no creían, los otros creen a piés juntillas en ellas.

Al final, "los idiotas" y "los tontos de los cojones" votarán a quien les de la gana, o no votarán, pero es evidente que cuando nos gobierne el "silencioso", además de recortarnos muchos de nuestros derechos adquiridos, se va a cargar algunos avances que, con tanta lucha, han conseguido colectivos como mujeres y homosexuales. Puede que, al cabo de unos años, la macroeconomía española vaya mejor, pero la de cada uno de nosotros se estropee aún más. Excepto, claro, la de los bancos y los poderosos, a los que nunca les afectan las crisis.

Por supuesto, no es mi intención calificar a quienes vayan a votar al partido que les de la gana, pero oyendo a sus representantes dan ganas de salir huyendo de este país.

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