sábado, 31 de julio de 2010

¿COMUNIDAD QUÉ?

Al referirse a los organismos mundiales los medios suelen hablar de "Comunidad Internacional", dando por sentado que cuanto deciden esos organismos queda bendecido por una suerte de sanedrín de dioses. Es decir, que esas decisiones son justas y dignas de ser respetadas. Sucede que, con solo leerlas por encima se llega a la conclusión de que casi nunca lo son, justas se entiende, a no ser que uno sea acólito de lo que se llama "políticamente correcto".
El ejemplo paradigmático de lo que digo es la ONU, que debería ser el templo de la equidad y no es más que el instrumento de los poderes fácticos del mundo. A veces, incluso, el anestésico de la búsqueda de esa equidad o el instrumento para perpetrar la injusticia. Para demostrarlo bastaría citar dos hechos recientes.
El último se está cociendo estos días. Parece que el Tribual de la ONU va a condenar a Hezbolá por el asesinato del ex-primer ministro libanés Hariri. Por supuesto no tengo datos para afirmar que la organización libanesa no tuvo nada que ver en el crimen; tampoco para decir lo contrario, aunque no me extrañaría. Tengo dudas, como en casi todo, pero no deja de ser curioso que Naciones Unidas se decante por la condena, teniendo en cuenta lo remisos que son en el organismo internacional a la hora de las condenas. Claro que se me olvidaba un detalle importante, que seguro ha tenido mucho que ver en el sentido de la resolución, Hariri era aliado de Israel o, al menos, no su enemigo.
Frente a esta condena, los "respetables" señores de la ONU callaron, hace bien poco, ante un crimen de estado cometido por el gobierno israelí en el caso de "la flotilla de la libertad", con varios asesinados. Como callaron ante la invasión de Líbano por el mismo ejército mandado por el mismo gobierno. Y nadie se rasgó las vestiduras. Como no lo han hecho ante otros actos terristas de estado cometidos por Israel estos últimos años.
En vista de todo esto, cada día resulta más difícil creer en nada. Al menos a mí.

miércoles, 21 de julio de 2010

PONER HUEVOS EN TODAS LAS CESTAS

Los Medios nos hablan de la soledad del Gobierno en el Congreso como si no lo entendieran. Probablemente, tampoco las cabezas pensantes del Ejecutivo (en el caso de tenerlas) entenderán esa soledad si tenemos en cuenta los bandazos ideológicos que están mostrando con sus medidas, que es precisamente donde se refleja la ideología de cada uno, y no en los discursos. Estoy convencido de que lo más difícil de asimilar es que el PP no vote unas medidas que parecen sacadas de su armario ideológico, o programático. Lo extraño es que todavía no se hayan enterado de la manera de proceder de los "populares", cuyo único objetivo es gobernar al coste que sea. Es decir, que cuanto peor, mejor... para ellos. La otra cosa que todavía no han entendido (los del PSOE) es que por mucho que derechicen sus políticas, la gente de derechas no les va a votar nunca, pues nadie compra una copia por el mismo precio del original.
Lo malo para ellos es que además de solos en el Congreso, también lo están en la calle, abandonados por muchos de los que, sin ser afiliados, quisieran votarles y no tienen tragaderas suficientes para hacerlo a la vista de sus medidas. Porque, cuando se destapó la fase más cruda de la crisis, el gobierno nos dijo que era el momento de reformar el capitalismo. LLegado el momento parecen haberse olvidado y, lejos de rectificar el rumbo del capitalismo, se han echado en los brazos de sus ideólogos, reforzando lo peor del sistema.
Un ejemplo, que no el único, es la reforma de las Cajas, que van a convertir en bancos sin matices, algando que quieren despolitizarlas, como si la política fuera una plaga y los financieros profesionales unos seres angelicales sin ideología ni intereses. O nos consideran lelos o se han olvidado muy pronto de que quienes nos han traído esta crisis son los poderes financieros y su desmedida avaricia. Hay otro asunto que me tiene muy quemado, la situación de RTVE, otra concesión al contrario, de la que hablaré otro día.

domingo, 18 de julio de 2010

DESMEMORIA HISTORICA

Setenta y cinco años y muchos miles de muertos después, seguimos no queriendo recordar lo que pasó en este país durante la negra y larga noche del franquismo. Y lo peor es que tampoco recordamos como deberíamos a tantos muertos inocentes o a todos aquellos que dedicaron su vida a luchar por las libertades colectivas; muchos de los cuales la perdieron. Es 18 de julio y los Medios de Comunicación han dedicado grandes espacios a recordar el cumpleaños de Mandela. Es justo y se merece todos los reconocimientos, pero no más que otros luchadores por la libertad, aunque hubieran penado por ello mucho más cerca: Aquí mismo, en España.
En unos momentos en los que este país rinde mil y un homenajes a unos "héroes" de pantalón corto que forman lo que se llama "la roja", me parece alucinante que muchas familias continúen sin saber en qué cuneta están enterrados sus seres queridos; esos sí, unos héroes de verdad. Más aún, que haya un ensañamiento contra un juez que quiso autoorizar su búsqueda. Y la releche: que algunos de los verdugos y sus parientes sigan tan tranquilos. En algún caso, cobrando por salir en televisión para hablar de su vida y defender a un tirano, por muy abuelo que sea de la señora en cuestión. El colmo es que haya mucha gente que la escucha.
A estas alturas de la película no me quedan muchas esperanzas de que las cosas en este país cambien. A demasiada gente le va muy bien con esta desmemoria histórica como para renunciar a sus privilegios, por muy justo que sea rendir homenaje a quienes antepusieron la lucha por los demás a las suyas propias.
Aunque a nadie le importe, me estoy planteando seriamente hacerme apátrida.

sábado, 17 de julio de 2010

¿ME HABRÉ VUELTO LOCO?

Estos últimos días he comenzado a preocuparme por mi equilibrio mental y, en consecuencia, me estoy planteando seriamente hacérmelo mirar. ¿Cuales son los síntomas que me tienen en este sinvivir?. Los enumero por si alguien conoce algún remedio para mi mal. Si es real o solo imaginaciones mias:
1.- Durante todo el campeonato del mundo de fútbol no he puesto la bandera de España en las ventanas de mi casa.
2.- Los partidos de la selección española los he visto solo en casa, huyendo de bares y lugares públicos en general.
3.- No he saltado ni gritado con ninguno de los goles de la que se ha dado en llamar "la roja".
4.- Tampoco con el triunfo, que me dejó indiferente.
5.- Un triunfo que en ningún momento he sentido como propio ni, por supuesto, he salido a la calle a celebrar. Y,
6.- Los fastos de la victoria me parecieron ridículos, como el exagerado despliegue de los Medios.
En vista de mis excentricidades - como tal se podría entenderse mi manera diferente de comportarme durante este acontecimiento - , empiezo a tener dudas sobre mi equilibrio mental, aunque también puede ocurrir que lo que me pasa es que cada dia me siento menos nacionalista español lo cual, dicho sea de paso, no me preocupa en absoluto.
Por cierto. El fútbol me gusta, pero solo como un expectáculo que empieza y termina con los partidos. Lo demás me parece una tontería, aunque puede que el tonto sea yo por no sumarme a la masa.