martes, 17 de abril de 2012

TODAVIA QUIERO SER ARGENTINO


Hace tiempo, con motivo de la apertura de una investigación sobre los crímenes del franquismo, escribí que quería ser argentino. Tras la expropiación de REPSOL me reafirmo en mi deseo de entonces, convencido de que la medida tomada por el gobierno de aquel país es justa. Por supuesto, no dispongo de todos los datos del caso, pero conociendo cómo actúan las multinacionales españolas aquí, puedo imaginarme cómo lo harán en los países en los que asientan sus reales: Más o menos como si estuvieran en una colonia. Es decir, arrasando con las riquezas naturales; y las otras. Y no solo la petrolera, sino las otras que llevan años salvando sus presupuestos gracias a sus filiales en América Latina.

Lo gracioso del caso es que los directivos de estas empresas, y el gobierno español, han echado mano del nacionalismo para criticar la expropiación, como si las multinacionales no estuvieran allí solo para aumentar su patrimonio, y el de sus accionistas que, dicho sea de paso, no nos reporta ningún beneficio a los españolitos pues, en muchos casos, seguro que se escaquean de pagar impuestos. En aras de ese nacionalismo, a ninguno de quienes critican la expropiación les he escuchado hablar sobre las prácticas de estas empresas, en Argentina y otros países, o su gestión, diriga solo a obtener beneficios algo que, por cierto, sería normal si tenemos en cuenta que el objetivo de toda empresa es lograr beneficios, aunque no a cualquier precio.

La verdad es que no tengo muy claro si la expropiación es producto de una acción política pensada, convencido el gobierno de que debía hacerlo o si, en cambio, han tomado la decisión para tapar problemas internos, como se están encargando de decir los Medios españoles, en muchos casos con intereses económicos en América Latina. Sea como fuere, seguiré estando de acuerdo con una medida que se debería haber tomado aquí con muchas de esas multinacionales que también actúan aquí. También, por supuesto, contra aquellas otras que nos han llevado a la ruina con sus manejos. Entiéndase, la banca. Unas instituciones a las que, en lugar de pedirles explicaciones por sus desmanes pasados se les inyecta dinero para que sigan por el mismo camino.

Por eso, insisto, sigo queriendo ser argentino, aunque algunos piensen que no soy patriota.

No hay comentarios:

Publicar un comentario