lunes, 1 de agosto de 2011

¿Y AHORA QUE?

El que hasta hace unos días era para algunos el mayor problema de este país, la convocatoria electoral, ya se ha resuelto. El 20-N es la fecha y se me ocurre una pregunta retórica: ¿ Y ahora, qué?. En principio, una pre-campaña larga y dura, y una campaña similar. En ambas, me temo, primarán los insultos y descalificaciones sobre las propuestas- Unos, porque seguramente no tendrán mucho nuevo que ofrecer a los ciudadanos, y los otros porque no nos querrán asustar con las suyas; más de lo mismo, pero a lo bestia.

Teniendo en cuenta que los grandes partidos españoles no contemplan plantarle cara a los llamados "mercados" y gobernar por ellos mismos sin atender a sus exigencias, parece claro que, en el caso improbable de que ganara los comicios, el PSOE seguría aplicando las mismas políticas neoliberales que hasta ahora; con problemas de conciencia seguramente. En cambio, si como parece seguro el PP se hace con el gobierno, aplicaría esas políticas con convencimiento, porque son las suyas. Sin duda las endurecería, como han hecho sus correligionarios allí donde han ganado las elecciones.

No se por qué, pero me parece que la derecha tiene un sentido religioso de casi todo. De tal modo, que la salvación, del alma y la economía, solo se puede lograr con dolor. Y nos dolerá lo que hagan, porque si nos quejamos de los recortes del actual gobierno, los que apliquen los que están por llegar nos axfisiarán a cuantos no tenemos la posibilidad de enriqueernos con lo que ellos llaman "oportunidades" o, simplemente, no nos interesa la riqueza.

¿Que hacer entonces?. La verdad es que no tengo respuesta para esta pregunta pues sin estar de acuerdo con las políticas de los dos partidos con posibilidad de gobernar, tampoco confío demasiado en los otros. En general, desconfío de los políticos profesionales, para los que los primero es su profesión de políticos y después la ideología y, a mucha distancia, los ciudadanos, que solo les importan una vez al año, cuando dejan de serlo para convertise en votantes.