martes, 29 de enero de 2013

29enero2013


   LA ABDICACION de la reina de Holanda, su anuncio al menos, ha servido para que aquí en nuestro pais se alcen muchas voces pidiendo lo mismo. El principal argumento que se esgrime es que ambos reyes tienen la misma edad, lo mismo que sus herederos. Por supuesto, nada se habla de otras cosas mucho más importantes que la edad del Borbón, como los escándalos que están salpicando a la casa real o el dinero que nos cuesta (en estos tiempos de crisis) mantener una estructura absolutamente anacrónica, con sueldos para el jefe del Estado, su hijo, su esposa y sus hijas.
  En lugar de la abdicación, yo sería más partidario de pedir que se vaya. Eso sí, acompañado de su heredero y toda su trupe, dicho sea con todo el respeto que se merecen.
 
  LOS HOMBRES DE NEGRO están o han estado en España para comprobar que se están cumpliendo las obligaciones que su gobierno asumió a cambio del dinero para rescatar a los bancos. Poca gente les ha visto porque, como es su costumbre, estos burócratas no suelen caminar por las calles para conocer la auténtica realidad. Normal, por otra parte, si tenemos en cuenta que a quienes les han mandado solo les interesan los números y pasan de las personas de carne y hueso, que son las que sufren los recortes que exigen a cambio del dinero. Eso si: los recortes se aplican a la inmensa mayoría de la población, mientras el dinero lo reciben los bancos.
  Los hombrecillos de negro, o de gris, habrán hurgado en los cajones para mirar las facturas. Pero no para averiguar en qué se han gastado los dineros, sino para comprobar cuanta pasta nos han sacado del bolsillo a quienes no hemos visto un céntimo de las ayudas.
 
   DESPILFARRAR es gastar sin ningún control, o en cosas innecesarias y superfluas, una práctica que no es buena para la economía de un país.  Ejemplos de despilfarro se pueden poner muchos en nuestro país, aunque cuando algunos políticos hablan de esta perversión no suelen referirse a lo que realmente lo es, sino a cuestiones que están muy lejos de serlo. Uno de los casos más recientes se da en Castilla La Mancha, cuyo gobierno ha argumentado que mantener abiertas las urgencias en 21 pueblos de la comunidad es un despilfarro. Curioso, o sangrante el argumento.
  Por supuesto, despilfarrar no es, para ellos, el sueldo (o los sueldos) de su presidenta, o el dinero que se gastan en publicitar sus logros. Con suerte, el siguiente paso será decretar el horario en el que un ciudadano normal se puede poner enfermo. 

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