jueves, 20 de septiembre de 2012

Mi "contracrónica"
FRANCO SIGUE VIVO

 
Lo políticamente correcto, al ponerse a escribir hoy, sería hacerlo sobre el encuentro Rajoy-Mas, el nuevo blog del rey o la muerte de Carrillo. Ninguno de los tres asuntos me interesa lo más mínimo: El primero, porque los presidentes del gobierno español y catalán acabarán diciéndose lo que les convenga a ambos o, mejor dicho, decirnos que se han dicho eso. El segundo porque, como republicano, me interesa un pimiento lo que diga el rey y el tercero por no poder aportar nada novedoso a lo que ya se ha dicho sobre Carrillo que, por cierto, no me caía muy bien, dicho sea desde el punto de vista político.
Descartados estos tres asuntos, me quiero centrar en otros dos que aparecen escondidos en las páginas interiores de los periódicos: El juicio contra un extranjero por quitar una placa franquista de una fuente junto a su casa, en Galicia, y la decisión de una juez de no buscar el cadáver de García Lorca. Dos asuntos que me han llevado a asegurar en el titular que el dictador sigue vivo, aunque solo sea en espíritu o en la mente de muchos de nuestros políticos. El extranjero en cuestión, hijo de un luchador antifranquista, retiró la placa, con el escudo de falange incluido, después de hablar con el alcalde que, según entendió él, no la había quitado (la placa) por falta de dinero. Eso fué antes de las elecciones municipales, aunque ahora el edil niega el pacto que alega el vecino. Lo más curioso es que el alcalde es del PSOE, cuyo gobierno aprobó la ley de memoria histórica aunque, claro, hablamos de Galicia y ahora hay elecciones autonómicas.
En definitiva, que cuando en España hablamos del franquismo no nos debería extrañar el cuidado extremo que ponen determinados responsables políticos. Menos aún nos debería extrañar que una juez de Granada haya rechazado abrir la fosa en la que presuntamente están los restos de García Lorca y otras tres personas porque, según el auto, los posibles delitos han prescrito y han sido amnistiados. En definitiva, ningún juez quiere investigar las fosas con los asesinados por el franquismo, menos después de lo que le ha sucedido a Garzón. Porque en este país los delitos del franquismo han prescrito, pese a ser delitos de lesa humanidad que no prescriben, quizá porque los franquistas siguen teniendo mucho poder. 

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